Lo mejor y lo peor de Zanzíbar

Aguas azul turquesa, jardines de coral maravillosos, arenas blancas, cocoteros, lujo, exotismo… Eso es Zanzíbar. Pero también es pobreza, suciedad, desidia, playas privadas, cortes de luz diarios de hasta 10 horas, buscavidas con pocos escrúpulos… Eso también es Zanzíbar. 

Esta isla de mayoría musulmana está llena de contrastes, que muchos turistas no llegan a ver porque van del aeropuerto directos al resort, del que no salen para nada. Aquí va un pequeño resumen, a grandes rasgos de lo mejor y lo peor de nuestra experiencia Zanzíbar.

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Lo mejor de Zanzíbar

  • Las preciosas tonalidades de azul del mar.
  • La arena blanca y finísima.
  • Bucear entre delfines.
  • Ver la puesta de sol desde una terraza en la playa de Stone Town.
  • Cachondearnos de una pareja de blanquitos vestidos de novios que se estaban haciendo el reportaje de boda en la playa de Stone Town.
  • El tour de la especias.
  • Ir andando hasta el The Rock para comer y tener que volver en barca porque había subido la marea.
  • Comer en La Grande Luna en Kendwa, donde todo nos supo a gloria después de una buena caminata.
  • Jugar con los niños de Michanwi mientras esperábamos que llegara el conductor del dalla-dalla.
  • Los gálagos que saltaban sobre nuestro techo de paja por la noche en Michanwi.
  • Las hamacas del Kae Funk de Michanwi.
  • Los miles de gatos que hay en Stone Town.
  • Todas las puestas de sol y las caminatas por la playa.
  • Ver a las recolectoras de algas en plena faena en Jambiani.
  • Ver las estrellas en total oscuridad en la playa de Michanwi.
  • Los batidos de aguacate del Lukman en Stone Town.

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Lo peor de Zanzíbar

  • El obsceno contraste entre ricos y pobres. Detrás de las playas más increíbles y al lado mismo de los resorts de lujo, están los pueblos donde la gente no tiene ni luz ni agua y los niños visten con harapos.
  • Los resorts y sus playas privadas. En Tanzania si tienes pasta puedes poner un resort donde te salga de los huevos. Están destruyendo lugares increíbles, talando cocoteros, cambiando la línea natural de la playa, exprimiendo los recursos de la isla. El viaje desde Nungwi a Michanwi fue desolador. Pese a ir gran parte del tiempo por la costa, no podíamos ver el mar por culpa de los muros de los resorts, alineados uno tras otro y tras otro.
  • El robo que sufrió nuestro amigo Pedro cuando caminaba hacia la playa de Nungwi para reunirse con nosotros a plena luz del día. Lamentablemente, el índice de asaltos a turistas está creciendo, y aunque a priori no es una isla peligrosa, hay que evitar las playas y zonas desiertas, y caminar solo por ciertas zonas cuando se hace de noche.
  • El timazo del Jozani Forest ¡porque los monos, estaban fuera!
  • Los beach boys o comisionistas. Si quieres un taxi, busca un taxista. Si quieres bucear, busca una escuela de buceo. Los beach boys son unos liantes que te pedirán pasta por adelantado por un servicio que pocas veces te proporcionarán (y que no depende de ellos). A nosotros uno nos intentó liar, pero no le dimos ni un duro por adelantado y al día siguiente confirmamos que el taxi que decía tener, ni era suyo, ni era el precio apalabrado, ni el taxista sabía quién cojones era el menda. No pagues nada por adelantado a un beach boy.
  • Los cortes diarios de luz.
  • Que un conductor de dalla-dalla nos dejara tirados varios kilómetros antes de la última parada, que era la nuestra.
  • El muro que construyeron hace año y medio delante del Kae Funk (Michanwi) para hacer un resort y que ahora no deja ver la playa.
  • El abandono de Stone Town que provocó que le quitaran el título de Patrimonio de la Humanidad. La mayoría de los edificios históricos más valiosos están ruinosos y/o al borde del derrumbamiento.
  • Los papasi de Stone Town, pesados que se te pegan ofreciéndote excursiones y demás. Los que hablan español son los peores. A uno le dimos esquinazo y echamos a correr, porque nos tenía hasta los huevos.
  • La casa de Freddie Mercury ¡lo único que recuerda al genial Freddie son unas fotos descoloridas y un texto en la puerta! Ahora es un hotel sin el menor encanto. Una pena que no se haya conservado como museo.

Lo mejor y lo peor a la vez

  • Volver caminando de noche al hotel desde la playa con el frontal porque no había una sola luz.
  • Los dalla-dallas.
  • Quedarnos atrapados en el mar entre Kendwa y Nungwi por la subida de la marea y ser rescatados por un señor que vendía cuadros en unas rocas.
  • El viaje en dhow a Mnemba, estupendo a la ida y horroroso a la vuelta cuando desplegó la vela ¡qué mareo! Hubo quién potó.
  • Perdernos cada noche intentando volver al hotel en Stone Town.
  • El viaje en ferry, estupendo a la ida y horroroso a la vuelta por el fuerte oleaje, con una señora vomitando todo el tiempo, para amenizarlo.

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2 comentarios

  1. Hola guapa, genial tus comentarios sobre Zanzíbar. Interesante, siempre nos dan una imagen que resulta no ser la real y gracias a personas como tú, te dejan mas claro de cómo esta el mundo. Ahora toca decidir si ir o no. El hecho de ser casi 100 x 100 musulmán, no me hace mucha gracia, tema yihadistas, me da pavor. Bueno, gracias por Tu bloc. Me encanta. Sonia

    1. Hola Sonia. Si la única razón para descartar Zanzíbar es porque es musulmán, debería, entonces, convertirse en la razón para visitarlo y quitarte esos prejucios. El número de musulmanes víctimas del terrorismo del DAESH es muy superior al del resto de confesiones. ¿No te parece que es muy injusto culpar a los musulmanes cuando son las principales víctimas? Hay que viajar y descubrir que las cosas no son cómo nos las cuentan, porque lamentablemente la historia y la información la escribe occidente de una forma interesada, sesgada, injusta y tendenciosa. Y también te diré que lamentablemente ya no hay ningún lugar seguro en el mundo. Sólo hay que ver lo que ha pasado recientemente en Barcelona, París o Londres. Viaja, aprende, libérate de prejuicios, descubre por ti misma y sobre todo, disfruta.

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