¿Qué tipo de mochilero eres?

(Actualizado) Si no tienes sentido del humor, no leas este post. Si aún así lo lees, que sepas que paso de los que se ofenden por chorradas. Vaya por delante que confieso, no sin rubor, que me reconozco en varios rasgos de algunos de ellos y también que todo está inspirado en hechos reales… Y me he quedado corta. 

El jeta

Este ser parasitario y prescindible suele pedir prestado todo y acoplarse a otros viajeros para salir de farra y ponerse ciego a comer a costa de los otros pobres que pagarán a pachas sus desfases. Cuando lo hayan calado se irá a la caza de otros pobres desprevenidos. 

El cutre está abonado al coachsourfing pero nunca presta su casa, hace autoestop pero nunca sube a nadie a su coche, siempre coge de la comida que le ofrecen pero él nunca ofrece nada. El jeta es el típico cabrón que nunca pierde un ferry porque se te cuela en tus barbas. El jeta nunca lleva suelto y te promete que te lo pagará después, pero tiene muy mala memoria. El jeta puede adoptar muchas formas y colores. Estad prevenidos y fumigad si aparece.

El "cagao"

Looser

Ha decidido hacer un viaje de mochilero pero no sabe por qué. Se lo preguntará mil veces y se arrepentirá otras tantas. Le asustan los mercados, los transportes públicos atestados y sobre todo, la comida y los colchones. No soporta el calor… ni el frío. Duerme mal siempre y sufre un micro infarto cada vez que se descubre una picadura (mortal) en su piel lechosa. Lleva su propia almohada, cubiertos y un surtido de agujas hipodérmicas. Fácilmente reconocible desde varias millas a la redonda por su olor a relec y por ir vestido entero de Coronel Tapioca.

El "enterao"

También conocido como «Tolosa», porque lo sabe todo, pero todo todo. Ha estado en todas partes antes que tú, e incluso, si tú vienes de donde él todavía no ha estado, tiene mejor información que tú. 

El “enterao” es el cuñao de los viajeros. Doctor cum laude en historia, geopolítica, economía, periodismo y otras muchas materias, te iluminará con su sapiencia. El “enterao” también es adivino y médico: sabe qué tiempo va a hacer y qué remedios tomar para la diarrea, si tienes el ébola o si se trata de dengue. El “enterao”, en resumen, no tiene ni puta idea de nada, pero opina de todo con una seguridad acojonante. Acércate a él, no aprenderás una mierda, pero te reirás un huevo.

El viajero pro

Es de los que te sueltan la chapa de la diferencia entre turistas y viajeros. Coleccionista compulsivo de sellos se relaciona solo con viajeros de alto nivel en foros solo creados para ellos donde te exigen un pase vip en forma de más de cien sellos en el pasaporte… Pereza máxima. 

Le gusta relacionarse con seres inferiores que han viajado mucho menos que él para presumir de lo guay que es y despertar admiración… insincera. 

Como avezado aventurero, anda siempre sin pasta o sin ganas de gastársela y suele compartir muchos rasgos con el jeta y el cutre. Está enganchado a las redes, viaja para que lo vean viajar, para llenar su pasaporte, para ir tachando países en su lista. Viaja porque si se queda quieto, no se aguanta. 

El intenso

Este espécimen suele encontrarse principalmente en la India y Nepal. Viaja para encontrarse a sí mismo y mejor que no lo haga porque no sabe el perezón que da. Vamos, el típico que todos los días comparte una frase de Pablo Coelho y se define como “amigo de sus amigos”. 

Es un ser especial y lo sabe, y hará que tú también lo sepas enseguida, por eso suele vestir pantalones cagaos, ponerse turbantes o caminar descalzo. Las rastas suelen ser un complemento necesario, pero no tienen por qué ser naturales, con una sintética pegada al cogote suele servir. Todo vale con tal de demostrar que no es uno más. Siempre come con las manos y puede pasarse horas mirando las estrellas o el horizonte marino porque tiene una gran vida interior. Suele tocar una mierda de instrumento tipo ocarina, yembé o didyeridú. Si carga con este último, huye tan rápido como puedas, el tamaño de su instrumento denota el tamaño de su intensidad.

Intenso

Tengo una misión en la tierra: aberrarte

El cutre


viajar ligero Con las fabadas litoral a cuestas

El cutre viaja de mochilero no porque le guste sino porque es barato. Huele a embutido porque carga con un montón de comida de casa, entre ellas un chorizo y un jamón, que han impregnado de su aroma su ropa forever and ever. 

El cutre nunca come nada que no se haya preparado en el hostel. 

El cutre no subirá nunca a la torre Eiffel porque es muy caro. Su viaje es una concatenación de frustraciones. Nunca se da un homenaje, es la mendicidad mochilera.

 Todo lo que hace el cutre es garrafón, aunque durante el viaje se vuelve abstemio en el mismo momento que se le termina la botella de alcohol que le han dejado meter en el equipaje. El cutre intentará robar un souvenir en alguna tienda porque se ha quedado atrapado en la parte más cutre de su adolescencia.  El cutre es un triste que aún teniendo dinero no será capaz de gastarlo.

El parásito

El parásito suele ser un ser sin sal. Carece totalmente de iniciativa y de recursos, no lleva dinero suficiente, ni gel suficiente y habla inglés insuficiente. Es incapaz de hacer nada solo. No aporta nada más que su presencia molesta. 

Es quejica pero nunca ofrecerá una alternativa o decidirá hacer algo por su cuenta. El parásito no sabe nada del viaje al que se ha acoplado y pregunta continuamente “a dónde vamos mañana”. Nunca recuerda los nombres de los sitios donde se ha estado. Al parásito le da igual, sólo se deja llevar. 

El parásito no sabe cuándo está de más y se quedará en medio del jacuzzi cuando por fin, consigas quedarte a solas con el/la churri que te quieres zumbar (basado en hechos reales). El parásito suele ser imitador, y copia a los demás cuando piden de comer y compra los mismos recuerdos para llevar a casa. 

El parásito hace muy pocas fotos pero se empeñará en posar en todas las tuyas. El parásito hace bueno ese refrán que dice “mejor solo que mal acompañado”.

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5 comentarios

  1. Gracias por poner un poco de humor al mundo de los blog de viajes!!! Gracias de verdad! 😉

    Yo soy tipo «intensa» pero por lo que escribís, todavía me queda mucho por llegar a matrícula de honor jajaja

    Un abrazo y buena ruta amigas!

    1. La verdad es que en los blogs de viaje hay poco humor y mucha intensidad (y literatura muy baratona también). La gente se suele tomar demasiado en serio a sí misma.

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