Viajar puede convertir algo tan cotidiano como dormir en toda una experiencia. He leído que hay personas que hacen fotografías de todos las camas donde se han acostado. Me ha hecho pensar en los lugares insólitos en los que he dormido viajando y me he dado cuenta de que son muchos. Aparte de barcos, aviones, autobuses, trenes y demás medios de transporte, he dormido…
En un antiguo prostíbulo de Zhangmu (Tibet).
En un palafito sobre el río Kwai (Tailandia), donde se veía el agua entre las tablas de madera. Las cucarachas XXL que también vivían en el palafito nos estropearon el momento.
En una tienda en el desierto de Wadi Rum (Jordania).
En una escuela en (Japón y Lituania).
En el salón de conferencias de un hotel en Gante (Bélgica).
En la enfermería de una escuela (Francia).
En un gimnasio (Estonia).
En un hospital Masai (Tanzania).
En dos hoteles cápsula (Japón)
En una yurta (Uzbekistán).
En una tienda en el campo base del Everest (Tibet).
En un hotel de sal (Bolivia).
En un bunker de la II Guerra Mundial (Suiza), que daba un mal rollo infinito con una sala de «desinfección» y una puerta como la de una cámara acorazada.
En dos monasterios (Japón).
En una tienda de campaña en medio del Serengeti (Tanzania) visitada por elefantes, hienas y leones por la noche. Me cagué de miedo.
En un love hotel en Miami (EEUU).
En un karaoke (Japón). Dormir, dormimos poco, pero nos echamos unas risas.
En una casa de jardinero en una azotea en Jerusalén (Palestina).

Nuestra tienda del Campo Base del Everest, poco oxígeno y muchas risas, aunque en esta foto tengamos cara de setas.
¿Y tú? ¿Cuál es el lugar más raro en el que has dormido viajando?